jueves, abril 24, 2008

MADRE

MADRE:

Mío, es tu nombre, y con el me guío.
Nada es igual hasta hoy
de aquel día en que te fuiste
a buscar en los brazos del Señor
la calma del dolor y el descanso prometido.

La vida sigue su curso
y el ocaso de la mía
(cuando dicen que es verano)
sigue con melancolía,
nadie abraza ya mi cuerpo
con el cariño y ternura
que tus brazos lo hacían.

Despues de un tiempo
cuando el sueño eterno
me invite a descansar
espero encontrarte ahí
para seguir diciéndote

¡¡ MAMÁ!!!

Madre, estoy aquí
incierta e insegura
agonizante y dolida
tratándo de de vivir,
más vivir no puedo
cuando el perdón no llega.

Agotando los recursos
para entender la vida sin tí,
escribiendo en cada espacio
buscando llenar los míos,
y saber que alguien me escucha
con la atención que TU
siempre me prestabas...

No hay comentarios: