Camino a casa, la lluvia me cobija,
disfrute la fría humedad de aquellas gotas
que danzaban sobre mis desnudos brazos.
El olor de la tierra me lleva hacía ti
a un lugar lejano, vestido de verde
aromatizado por flores silvestres
llenas de color.
enormes montañas que guardan secretos
de un hombre que sueña con atardeceres.
La lluvia no cesa y yo me imagino
sentada a tu lado, al meterse el sol,
viendote a los ojos descubro la vida,
escucho tu voz que como un poema
explica la creación de Dios.
He llegado a casa, ya no sientro frio
porque con mi sueño te traje conmigo
y aquella distancia que nos separaba
las gotas de lluvia lograron unirla.
Quizás algún día esa misma lluvia
alcance tu tierra y que aquellas gotas
que me humedecieron se posen en tí
y sientas entonces
la magia del sueño en el que te ví.
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